Puede que no conozcáis la película, Lorenzo's Oil, del director George Millar rodada en 1992, os cuento, es la gesta de unos padres contra la enfermedad de su hijo Lorenzo enfermo de adrenoleucodistrofia (ALD, o también conocida como enfermedad de Schilder); el niño es diagnosticado a la edad de 5 años y los médicos le dan una esperanza de vida de 2 años… el resto hay que verlo.
Las propiedades del aceite de oliva son conocidas desde antiguo, no solo en la cocina sino ligadas a su cultura y vida en general: medicina, iluminación, perfumes, productos de belleza… siempre en el entorno del Mar Mediterráneo, he leído que Georges Duhamel resume esta relación con la frase: "El mediterráneo acaba donde el olivo deja de crecer".
España está ligada al olivo desde los primeros cultivos, fechados aproximadamente hace casi 4000 años en la costa levantina. Pero las cosas cambian y tras 30 años de abandono de la agricultura por la industria y los pueblos por las ciudades nos encontramos con un olivar triste, abandonado, falto de cuidados se ve condenado a desaparecer.
Hoy voy a compartir un proyecto: Apadrina un olivo.
La idea nace hace tres años en Oliete, Teruel es una idea original, el propietario cede los olivos un tiempo, el padrino aporta una cuota y se crean puestos de trabajo para el cuidado de los olivos… más sencillo imposible.
¿Puedes imaginar que enemigos puede tener un árbol tres o cuatro veces centenario? Vale, la sequía y las plagas, pero el abandono es el peor. Al no limpiar el árbol, aparecen los “Ramos” -conocidos también en la región de Teruel como “Chitos”- ramas que nacen desde la base del tronco robando los recursos que el árbol debería destinar a sí mismo y a su fruto, la oliva.
Ahogado sin aire ni luz, terminará convertido en un arbusto insano. Finalmente se secará y morirá.
Ya se han recuperado 4860 olivos, con 1998 padrinos y quedan muchos más para personas interesadas en un proyecto social, solidario y sostenible.
Tienes toda la información en: Apadrina un olivo
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