Cada vez vivimos más años, la esperanza de vida de la población española ha pasado de los 77 años (1990) a los 81.7 en 2017. Estos datos son incuestionables como también los son los que afirman que la calidad de vida de las personas mayores ha empeorado, es decir vivimos más años pero también con más enfermedades y más dolores.
Dentro de la población de las personas mayores existe un pequeño grupo que algunos científicos denomina los “súper ancianos” estas personas muestran un tipo de envejecimiento distinto al del resto de personas de su edad y sus escáneres cerebrales muestran un envejecimiento en sus células mucho más lento que el de las personas de su misma edad.
Uno de los cambios que supone cumplir años es la pérdida de volumen a nivel cerebral, esta pérdida de volumen va acompañada de un deterioro generalizo en las funciones del cerebro: atención, memoria, concentración…
Existen distintas teorías que explican las diferencias entre unas personas y otras en cuanto a su envejecimiento cerebral, el Dr. Ezriel Kornel neurólogo en el Colegio Médico Weill Cornell de Nueva York defiende que una parte de la ventaja de estos súper ancianos tiene que ver con su propia genética y también asocia factores ambientales y sociales para explicar estas diferencias. Incluso habla de cómo el estrés sufrido durante la niñez puede afectar al envejecimiento de nuestro cerebro.
Las investigaciones del Dr Kornel y de su colega el Dr Wright también concluyen que hay determinados hábitos que contribuyen a “rejuvenecer nuestro cerebro”, los más relevantes son:
- La actividad física realizada de manera regular.
- Una dieta equilibrada y saludable.
- Una vida social activa.
- Realizar ejercicios que activan nuestro cerebro (rompecabezas, juegos de lógica…)
No podemos cambiar nuestra genética pero si podemos modificar nuestros hábitos para llegar a convertirnos en súper ancianos.
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