La Asociación Estatal de Directores y Gerentes en Servicios Sociales ha presentado el Informe sobre el Estado Social de la Nación 2017.
El Informe describe los rasgos del modelo de sociedad en el que nos encontramos según esta asociación, así como sus consecuencias sobre la vida de las personas y familias, y sobre el conjunto de la sociedad.
Según éste informe, la pobreza en España se ha convertido en un problema estructural, tanto por afectar a un elevado porcentaje de personas y familias, como por su cronificación, debido a las dificultades que tienen de salir de esta situación.
Las mejoras generales de la economía apenas se perciben en el sector más empobrecido de la sociedad.
La falta de movilidad social aboca a la transmisión de la pobreza; la pobreza se hereda y con ello se configura lo que algunos definen como un nuevo feudalismo social.
Así es, como la extensión y persistencia de la pobreza junto con la transmisión intergeneracional de la misma, deja a una parte de la población al margen del acceso a los recursos sociales, generando lo que se conoce como pobreza estructural.
Conforme recoge el informe, la actual situación estructural de la pobreza en España –por su extensión y por su cronificación-, puede estar generando para el futuro nuevos núcleos de pobreza más arraigada, que se reproduce a sí misma y que constituye un camino seguro a la cronificación de situaciones no solo de pobreza, sino de exclusión social.
La crisis económica y social vivida entre los años 2009 al 2014 ha pasado, pero, para los autores del informe, el resultado no es una recuperación generalizada de niveles de bienestar para el conjunto de la sociedad, ni la recuperación de un Estado de Bienestar de calidad, ni tampoco nuevas oportunidades de mejora para la inmensa mayoría de la población.
El resultado es un escenario marcado por la precariedad y la falta de oportunidades de mejora.
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